martes, marzo 14, 2006

Ceviche

Hoy comí ceviche. El ceviche, al igual que el bistec alemán, o tártaro, pertenece a esos platos que son sólo para ciertos elegidos. Elegidos que logran dejar de lado el hecho que en ambos casos la carne no está cocida, sino que simplemente sumergida por un rato en limón, y logran disfrutar del espectacular sabor.

No hay como tomar un filete de pescado fresco, trozarlo, agregarle sal, pimienta, merken, trozos de ajo y cebolla picados, además de un poco de aceite, para dejar reposar todo en limón hasta que los trozos cambien de color. Se sirve sólo o con un poco de cilantro picado. La acidez que te deja en la boca se aloja hacia atrás, se queda pegada a las mejillas, en el ángulo de la bisagra que forma la mandíbula inferior, y se disfruta mejor acompañado de pan. Claro, no se hace con cualquier pescado, en mi caso los mejores que he probado han sido de rollizo, reineta, corvina, jurel de Juan Fernández y vidriola.

El comerlo es un rito, una ceremonia en que estás rodeado de algunos creyentes y varios escépticos que reniegan de la posibilidad que carne que no haya sido sometida a temperatura pueda considerarse comida. Así es que el disfrutar de uno tiene que ver con la memoria (como no?), pero no en el sentido de recordar algo, sino en el que es imposible retener todo y que para seguir adelante debemos dejar ciertos detalles de lado para sólo quedarnos con la generalidad de las cosas.

Si alguien pudiera recordar cada detalle se volvería loco perdiendo la perspectiva, el sentido de belleza y la capacidad de amar a alguien, pues para las tres cosas se necesita omitir, pasar por alto, perdonar en definitiva, en pos de algo superior, algo a otro nivel, algo que subyace más allá del mero detalle de la cotidianeidad.

Lo mismo cuando comes ceviche, el detalle de que estás disfrutando de pescado crudo se pasa por alto en pos de disfrutar del sabor que tienen esos trocitos adobados y macerados con ácido cítrico. A propósito, una de las cosas que más extraño son los limones frescos, acá hay pescados al por mayor para hacer ceviche, pero no hay limones.

Nunca, nunca es posible tener todo para estar completamente feliz. Ni siquiera con el ceviche

7 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

jajajaja......
creo que he aprendido que el ser feliz no pasa por tenerlo todo, sino por el aprender a disfrutar de lo que se tiene o vive, aunque no sea el "ideal".
frase algo cliche pero creo q cierta.... o no?????
en fin.......

Mauro dijo...

Siempre que leo esto o aquello pienaso que es mas facil hablar de felicidad que ser feliz. Como dices, quizas todo es mas simple, basta con valorar lo que tenemos alrededor y eso es todo, dejar pasar detalles, perdonar, eso tb ayuda bastante.
...en fin

Anónimo dijo...

Lo peor de la felicidad es que solo detectamos su ausencia.
El ser humano en su egoismo es muchas veces incapaz de disfrutar de aquello que tiene y en su frenética busqueda de lo inconcreto deja de apreciar el hoy, el ahora.
El futuro no existe, el futuro es ahora mismo, es el lugar donde vamos a pasar el resto de nuestra vida...( como afirmo muy acertadamente Woodie Allen)
La creencia de que lo mejor es aquello que no nos ha pasado...si como tú dices, todo fuera ( que lo es, solo hace falta darse cuenta) mas fácil, podriamos no solo hablar de la felicidad.

Anónimo dijo...

En mi lengua, en "felicidade" se puede reconocer "feliz idade", "feliz cidade". En esos dos deshaceres de la palabra, por lo menos dos dimensiones permanecen:tiempo y espacio. Digo dos porque ellas están bajo una tercera: el sentir. Creo que eso puede contestar algo. La felicidad pide eso, tiempo, espacio, pero, antes que nada, sentimiento... y aún antes que él, el ser. Y eso es todo. El ser, él, tú, yo. Solo eso y todo cambia. Hay gente que parece tener adrenalina en el hígado, y vive constantemente alegre, quizás sea feliz...Otras personas, suelen buscar algo, o alguien, como si el sentirse feliz estuviera siempre más allá, no sé. Mi madre siempre me ha dicho que "no existe felicidad, solo momentos felices".No sé, solo creo en eso cuando estoy triste, cuando estoy alegre/feliz/otros similares, creo que la felicidad camina conmigo y nunca me ha abandonado... Como ves, olvido facil...Pero eso también es bueno, hay una poetisa llamada Cecilia Meireles, que un día escribió: "no soy alegre, ni triste, soy poeta"; ahora digo: no soy alegre, ni triste, soy amnesiada.... Y así sigo... a veces creyendo, otras viviendo, más adelante llevando la vida, el hoy... Y olvidando, a veces el olvido es necesario y solo él garantiza el seguir...
Sea como sea, la "dicha" como dicéis vosotros que habláis castellano, es siempre necesaria. El existir sin ella se queda muy dificil...

Mauro dijo...

Es loco como nos quedamos pegados en el pasado, no?. Si el futuro es ahora, es otro modo de decir que solo hay presente, porque en verdad no lo hay, ya pasó.

En ultimo caso nada es real, todo es ilusion. Eso implica que uno pude vivir la vida como quiera vivirla, mirando el pasto del vecino, siempre mas verde que el tuyo, o disfrutando de lo que tienes.

Es nuestra eleccion. No se puede estar feliz creo yo, porque la felicidad no es un estado, es una vivencia, algo que uno lleva consigo mismo, es un viaje, no una llegada.

Que estes bien.

Mauro dijo...

Que bueno lo que escribiste sobre el ser y estar.

To be or not to be.

Los gringos no ven la diferencia, no saben de matices, ven en blanco y negro. ¿Estar o no estar?.

Ser no no ser
He aqui el dilema.
Que sera preferible me pregunto?
Soportar los designios del destino funesto?
O rebelarme contra ese mar de tribulaciones y terminar con ellas para siempre?

Cuidate, que estes bien.