viernes, mayo 26, 2006

Superman


Esta idea la oí en algún lado, no se donde, probablemente en alguna película, ¿Kill Bill?. Pero emulando a Charly, me lanzaré a la piscina, eso sí, tomando encuenta de que Charly es único, me dejaré caer agarrado a una idea difusa, la cual parcharé a mi antojo.

Superman es un superhéroe extraño, la inmensa mayoría de ellos son humanos que se disfrazan de superhéroes, pero el no, el es un superhéroe que se disfraza de humano. Y cuando lo hace se viste de un tipo gris, algo asi como un empleado público pero que trabaja en un periódico, bajo perfil, terno gris o negro, corbata, siempre peinado, el Señor Clark Kent.

Entonces, para superman los seres humanos corresponden a tipos como el personaje que el encarna. Gente en definitiva frágil, vulnerable, unos fucking loosers como diría un fucking winner.

Pero este actor extraterrestre tiene una debilidad, bueno la verdad que tiene dos. La primera de ellas es la Kriptonita, trozos de roca de su planeta de origen Kriptón, que lo debilitan despojándolo de todos sus poderes, convirtiéndolo sólo en un Clark Kent de traje azul y rojo con capa.

Así, lo que lo hace vulnerable es el volver a su origen, el regresar a su pasado, el mirar atrás perdiendo la perspectiva de lo que intenta ser, para recordar lo que su historia le obliga a ser.

Pero hay algo más que lo hace vulnerable, Luisa Lane (Lois Lane), el amor de su vida. En una ocasión, ella muere y él, destrozado por el dolor e incapaz de soportarlo, vuela en torno a la tierra para así devolver el tiempo, logrando que el tiempo recobrado le quite el dolor de la pérdida.

Quizás el hace algo muy humano, recurrir a todos los medios a su alcance para arracarse el dolor del pecho. Otra lectura, es que el invulnerable no es capaz de resistir lo que los vulnerables resistimos a cada rato, la vida tal como viene, sin posibilidad alguna de controlarla, sino que sólo de interpretarla, de leerla a nuestro antojo.

En ambos casos, superman resulta no ser tan súper. Ya sea por ser demasiado humano, o según la alternativa que yo me juego, por no estar a la altura de un ser humano.

Seguir la vida de superman es una odisea, hijo de Jor-El y su esposa Lara, su nombre original era Kal-El, siendo adpotado por Jonathan y Martha Kent. Cuando joven tuvo una novia en el pueblo de Smallville, Lana Lang, también periodista, pero que termina casándose con un amigo de Kent, Pete Ross.

Al parecer, su noviazgo adolescente le generó algunas fijaciones con la letra "L", Lana, Lang, Loise, Lane, y su archirrival Lex, Luthor. Amor y odio, todo con L.

Hay algo eso así que supera la ficción, en la historieta actualmente Lex Luthor es presidente de los Estados Unidos. Curioso, ¿no?.

lunes, mayo 22, 2006

Los arrasados

Los arrasados son un grupo, un subgénero pequeño pero numeroso entre los seres humanos. Y son componentes heterogéneos, todos distintos pero muy iguales, personas que entran a la categoría y logran salir en su mayoría después un tiempo variable de permanencia.

Los arrasados se distinguen unos a otros, se reconocen entre ellos porque se desencajan, sus vidas dejan de pertenecer a esa gran mayoría de personas que se limitan a vivir transformando oxígeno en dióxido de carbono para pasarse a las filas de ese resto, de aquel residuo descontento, dolorido, perdedor de algún modo, de esa humanidad que se hermana cuando la pasa mal y se sienta a mirar la vida del resto desde la vereda de enfrente.

Un grupo que en verdad somos todos, pues todos militamos más o menos en él alguna vez en la vida. Los arrasados abruman, son complejos, pero no por ser como son, sino porque son la vida misma, un algo indefinible, inagarrable, incomprensible, un algo que se escribe con muchas palabras que empiezan con "in", son, somos todos quizás, el recuerdo, la indicación de que la verdera plenitud no está en este mundo, que eso simplemente está más allá de nuestras inmensas limitaciones.

Fragilidad


Foto: Stan Metz

La fragilidad pareciera que da vueltas, nos acecha en silencio y fuma tranquilamente bajo un árbol mientras observa cada paso que damos. Lo que hacemos, lo que deseamos, lo que somos, todo pende de un delgado hilo, en apariencia fuerte, pero que no es más que una hebra que se desarma en la ocasión menos pensada.

La vida entera a veces no parece más que una búsqueda, o un esperar que no deja nunca de terminar. La necesidad de satisfacer quizás, llenando ese gran espacio vacío que se abre al confrontar la soledad, acallando el fuerte ruido del silencio profundo o aferrándonos a un poco de seguridad.

Sentimos que todo se acaba, confiamos en que todo se transforme. La fragilidad es un sueño, la compañía en una noche triste de una idea en forma de mujer con pechos de miel, corazón de tiza y ojos de papel, arrebantando la imagen creada por Lucho Spinetta en una canción oxidada por el tiempo.

Muchacha ojos de papel, adonde vas?. Quedate hasta el alba.
Muchacha pequeños pies, no corras más. Quedate hasta el alba.
Sueña un sueño despacito entre mis manos hasta que por la ventana suba el sol.
Muchacha piel de rayón, no corras más.
Tu tiempo es hoy.


La paz se encuentra quizás al aceptar ese estado permanente de pérdida en nuestro día a día. De ilusiones, afectos, respeto, confianzas, corduras y vidas.

Ante ello, siempre rebeldía, rebeldía siempre. Alzar un muro amalgamado en tranquilidad, paciencia y perdón para elevarse lejos y gritar lleno de fe la inútil y permanente insatisfacción de la carencia de certidumbres.

Regresaré,
una y otra vez,
volando como la noche.

Quizás te encuentre acurrucada,
perdida en la confusión del mundo.
Quizás el mundo te arrebate antes,
quemando tu pecho con el miedo de enfrentar el día a día.

Pero regresaré,
adivinando como escribir tu nombre.

Y no escaparán de mi voz tus pasos,
ni el mar borrará con viento tu figura,
ni el tiempo apagará tu voz para siempre
.

miércoles, mayo 10, 2006

Cazuela


No es una olla, es un plato de comida, una sopa. Pero tampoco es una sopa, es más que eso, es un símbolo, su nombre podría estar en vez de la estrella en la bandera, junto a una empanada de horno y vino tinto.

Es de esos platos para comer en días fríos, de los que producen añoranza del pasado, de esos que uno desearía comer después de una lluvia de invierno, y que son esencialmente democráticos, pues quienes no disfrutan de ella debe ser un grupo ínfimo de personas, seres en su mayoría de sangre azul, tocados por la varita mágica del aristocrático paladar. Parecida al puchero español, pero aderezada con ingenio criollo, de carne de vacuno, pollo, chancho o pavo, simplemente, todas son buenas.

Papa, carne, zapallo, choclo en trozos generosos. Nada de egoismo individualista se cuece en su preparación, algo de arroz, pimienta, sal, porotos verdes quizás.

La cazuela es como el día a día, una metáfora del modo en que vivimos la rutina diaria. Todo en trozos grandes, nada de sutilezas, simplemente abrir la boca y saborear sin tener que dejar nada de lado, pues todo es bueno en ella. Por ello, la cazuela es la vida misma, una que puede ser sabrosa sin necesidad de elaborar mucho, sin tener que cortar o destazar la realidad en sus componentes más primarios para poder llegar a sentir la felicidad.

martes, mayo 09, 2006

La rueda

Todo terminó cuando ella se fue. El día en que ella partió el cielo se vino abajo, cayeron las estrellas y el mundo comenzó a parecer de mentira, aunque lo cierto es que era más verdadero que nunca, pues todo en él no es más que ilusión, construcción de la mente, de los sentidos, creación al parecer concreta e impenetrable, pero en verdad frágil y permeable al dolor.

Y la fragilidad abruma, pues rompe con todo aquello que creemos permanente. Pero ella se fue, tal como llegó, en silencio, con la paz dibujada en su mirada y con la palabra confusión en su frente.

Entonces ya no hubo más. Todo terminó borrado por un soplo.

Pero la rueda de la vida siempre gira, una y otra vez, alzándonos al cielo desde la profundidad más oscura, desde el fría opacidad de un cráter muerto, para lanzarnos hacia la estrella más brillante.

Y se elevó de nuevo un disco dorado sobre el mar, haciendo florecer gladiolos, floripondios y gardenias.

Y el horizonte fue amplio. Ancho como el insondable mar que llena nuestro pecho.

Luego volaron pájaros, bandadas azules y amarillas, que cantaron 24 trinos al dibujar un nuevo nombre en el cielo. Sólo para vivir sin pensar en un nuevo giro, sólo para escuchar bien adentro la melodía compuesta por Dios, simplemente para lograr vivir en paz aquí y ahora.


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sábado, mayo 06, 2006

Los momentos

Hay veces en que uno, nadie sabe bien porqué, llega a sentirse cómodo frente a ciertas mujeres, mujeres que son de un modo que antes no precisaste ni imaginaste, pero con las cuales simplemente entras en contacto y sientes que todo fluye. En esos instantes atípicos, poco comunes, deja de tener sentido cualquier asomo de barrera, secreto o actitud fingida, sobreviviendo a cambio sólo esa red mágica que se teje en silencio mientras ambos ponen sobre la mesa deseos, penas, angustias o alegrías.

Esos momentos se te graban fuerte, sabiendo que debes guardarlos pues difícilmente se repetirán y presintiendo que no debes dejar ir ese instante especial en que simplemente fuiste un poco más tú, o más bien, en que dos personas dejaron salir lo que llevaban dentro de sí, permitiendo que sus vidas se empaparan algo de la esquiva humanidad, conociéndose y reconociéndose el uno en el otro.