jueves, noviembre 11, 2021

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Aquel girasol que de seguro tendrías en tu mano.

Esa sonrisa con la que el día irrumpiría tras alguna carrera apresurada.

El maitén, el quebracho y el mayu entre los que te pierdes y encuentras.

La rebeldía de tu pelo 

La paciencia de tu viejo perro intentando seguirte y cuidarte.

Las piedras de colores, los paseos y todas las historias que te contaría para entretenerte.

La felicidad de tu madre.

 

Me regalo todo aquello.

Aunque prefiero tu risa, y principalmente, tu paz, tu valor y tu silencio.