domingo, junio 10, 2007

Todos


Foto: Alberto Monteiro

Ese extraño mar de junio luce terso y turquesa, contrasta con la negra arena que lo contempla desde la vereda de enfrente durante el mismo mes.Y aunque eso pareciera, quizás no es lluvia lo que cae, posiblemente sea sólo una gota de dolor, una que preferimos no nombrar ni mencionar, pero que sabemos reposa en el fondo de las aguas. Tal vez en verdad es sólo una marca de despedida, un recuerdo y una huella que decidió dormir acurrucada, pues prefirió arroparse oculta bajo las olas.

Llueve sobre mojado tal vez, y entre la cortina que cae desde lo alto, brilla esa multitud de rostros tranquilos con entereza bajo la llovizna persistente, todos dando la cara, enfrentando el agua que desborda. Tres, cuatro jornadas, una sucesión de silencios extraños, tiznados de resignación, de espera, días que parecen años buscando para encontrar esa huella, esa que yace en algún rincón, cubierta de un cielo líquido turquesa cualquiera de estos días de junio.

Esperaremos ese día,
aquel que nos une,
ese en que todos estaremos nuevamente riendo en el mar.