jueves, marzo 30, 2006

3699

Es la cantidad de fotos y videos que he sacado y obtenido en la isla. Al ver el número, al leerlo allá arriba, hace que me pregunte si acaso no es una exageración el sacar, en promedio, una foto por minuto durante dos días y medio seguidos.

Quizás lo sea, pero en descargo me pregunto, ¿de que modo puede o debe medirse el tiempo?, ¿segundos, minutos, días?, ¿es posible medirlo en instantes?. La fotografía permite atrapar un pestañeo, como quien vislumbra una idea que destella al volar por tu mente, es una herramienta que alivia una de nuestras principales obsesiones, el que todo, sin remedio alguno, simplemente pase, TODO PASA (duro, no?), se va al baúl de los recuerdos, y de paso nos permite descomponer el tiempo, no en unidades sexagesimales como si fuésemos un miserable reloj swatch, sino que en instantes, en fracciones de existencia que son parte del continuo que llamamos vida.

Todos los sistemas tienden al desorden, así me enseñaron en termodinámica, dicho de otro modo, los procesos ocurren siempre en dirección de la entropía. Los 3699 instantes capturados con una cámara digital, además de un intento algo loco y obsesivo de representar la realidad, son también un esfuerzo porque la entropía no borre del todo los momentos especiales que se acumulan conformando lo que uno es.

Así que, en vez de considerarme como un fanático, un talibán de la fotografía, me aprovecharé haciendo una declaración de resistencia. Y haciendo uso del impulso, de la inercia para seguir en el ámbito de la física, levantaré un estandarte, una bandera negra con una "R", grande, blanca, pintada en su centro, con la cual simplemente diré que desde hoy me declaro independiente y que con toda dignidad manifiesto que me niego a ser arrasado y borrado por la entropía.

A la mierda con ella. He dicho.

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