domingo, abril 18, 2010

Velero


La horfandad de un príncipe destronado por el acero, el diésel y el estruendo mecánico de la producción en masa. Recta y curva acopladas por el vaivén del dedo de Dios balanceando su eje.
Bisagra entre mar y cielo, las bozas que caen de las cornamusas y las banderas volando desde foques y cangrejas. El sueño que el zarpar desata y el deseo libérrimo que la quilla siembra y el viento abate.

Maga

No había más que mirarte para saber que tras tus ojos se escondía la soledad de un viejo hotel y el silencio de una mujer en un cuadro de Hopper. Tu pecho, suave amarillo, tu mano, buscando alcanzar el centro de toda la tierra. Un Gitanes consumido en el cenicero, un libro de feria de segunda mano, tus piernas torneadas de rojo bajo la mesa, y tu mirada, el lazo perdido que intentaba atrapar el mundo que no puede ser atrapado.

jueves, abril 08, 2010

Amarillo


Te quiero como aman los gatos
o el tiempo,
con ese largo ir y venir que no obedece razones.

Como los girasoles de Chequén,
o el silencio que precede,
la noche,
los muelles
y el deambular de las gaviotas.

A ti no te quiero en azul,
sino en verde y amarillo,
bordeando tu talle,
rutilando entre tu cuerpo y risa perdida.

A ti, que te quiero y no te quiero,
si finalmente te marchas,
no volveremos a querernos
junto a películas mudas,
y buscarás en otro versos que te salven.

Nos dejaremos entre las lomas,
en un buque sembrado en el trigal,
esbozando una ironía en tiza,
abriendo un surco para enterrarnos en el mar,
diciéndonos adiós cuando nos meza la tierra.

A ti, la verdad,
no dejaré de quererte,
tan sólo nos despediremos,
cuando nuestro antiguo sueño no sea más que el escombro
donde se aferra la tierra.