sábado, agosto 19, 2006

Terremoto


Acá tiembla desde siempre, como hace cien años atrás, cuando el 16 de agosto de 1906 un terremoto destruyó Valparaíso, tal cual como el 5 de marzo de 1985, cuando por última vez nos tocó de nuevo el turno y se llevó el edificio en el cual vivía mi familia, y del mismo modo, en que en algún momento sobre el cual nadie tiene precisión alguna, se nos volverá a mover la tierra nuevamente para que ésta se lleve algo con ella. Y es que los terremotos se parecen a la música, a una película o quizá a algún partido de fútbol de "aquellos", pues en todos esos casos se nos viene a la mente lo que estábamos haciendo en ese momento. Puede ser cualquier cosa, lo más insólito o lo más natural, pues te sorprende cuando menos lo esperas, sólo para darte cuenta después que la vida es una sucesión de hechos más o menos bizarros que nunca sopesas mientras estás inmerso en ellos.

Y cuando tiembla fuerte se siente primero un ruido sordo que viene de las entrañas del suelo, un gruñido, como el reclamar de un gordo acostumbrado a dormir siesta y que alega al ser importunado. Luego el gruñido se hace movimiento, pues el sustantivo se hace verbo, y todo es confusión mientras sucede algo que puede durar un segundo o minutos, pues es tan impredecible que lo único concreto es que lo perenne se transforma en frágil, tal cual las lozas de la abuela que se quiebran contra el suelo, como se triza el acuario de tu casa, o del modo en que se viene abajo tu hogar.

-¿Sufrió mucho tu casa?
-No, no sufrió nada, se vino abajo enseguida.

Entonces, mientras todo es agitación, gritos e histeria, de pronto, tan impredeciblemente como cuando llegó, nos sorprende la calma. Y empezamos de nuevo, nos abrazamos, lloramos las heridas, reconstruimos lo reconstruible, terminamos aceptando lo irreconstruible, sólo para comenzar el ciclo nuevamente, aquel cimentado sobre la más incierta de las certezas, aquella que sobrevive contra toda lógica, esa que se basa en el deseo de permanecer y continuar como sea, aún cuando sabemos que un día, lo queramos o no, se vendrá abajo todo de nuevo, y tendremos que recomenzar otra vez.


18 comentarios:

tormenta del mar dijo...

Mauro: No sé si soy esa mujer, pero sí pura ilusión, magia y eterna buscadora de sueños!!!

Espero que no tiemble la tierra, no así por lo menos!

Besos del otro lado de la cordillera!!!

Tormenta.

Daniela dijo...

Mauro... gracias por tu visita, leyendo tu último post, tan interesante y al mismo tiempo triste, los terremotos son tambien, como la vida misma, a veces recibimos sacudidas tan fuertes, que pensamos que no nos podemos recuperar, entonces interviene una fuerza mágica, que permite que nos levantemos y como el ave fenix...de ella se afirma que es como el sol por vivir en el cielo llena de esplendor. También se dice que nace del fuego y muere en el fuego, como el sol que aparece con el brillo dorado de la aurora y muere en el horno rojo atardecer, mientras el Fenix canta su mas bella canción y todo queda convertido en perfumadas cenizas. Entonces nuestra fuerza interior permite que podamos resurgir, de las cenizas.
Un abrazo.

Marce dijo...

Siempre se empieza otra vez y el puerto sabe de eso, por sus cerros, por sus casas, por su historia, por su gente...así se levanta cada día, ahí se empieza cada día con entereza y braveza.
Por eso y más, mi corazón es tan porteño.
Saludos a nuestro puerto.

Jack Bronson dijo...

Chile tiene la cultura del terremoto, es casi patrimonio nacional... Es real lo que dices tu sobre la reacción que produce en el chileno las catastrofes... pareciera que es el único momento en el que nos detenemos y miramos hacia el lado y podemos ver a nuestro vecino... Recuerdo el terremoto del 85 y me acuerdo que con los vecinos que no nos llevabamos mucho desde hacía un año, nos reencontramos después del remesón... fue un momento especial e irónicamente bonito...
En lo personal... creo haber vivido tantos temblores y terremotos que ya ni me muevo cuando comienza alguno... les tengo el suficiente respeto como para aceptar que si me va a pasar algo, poco y nada podré llegar a hacer...
Saludos del Kiltro... que se detuvo en tu blog...

Mauro dijo...

Tormenta: Pura magia en tu blog, mucha dulzura también. A veces son buenos los remezones...nos sacude de la siesta complaciente. Gracias por la visita, vecina.

Daniellha: Te agradezco el abrazo, más aún tu post. Esa fuerza mágica que describes es quizás la voluntad, la que llevamos dentro, la que hace que nos pongamos de pie cada día para dar la pelea nuevamente, también la fuerza de las ideas, la que hace que podamos interpretar la realidad a nuestro antojo. Como un terremoto, una sacudida o una oportunidad, como quieras verla, sólo depende de uno...Gracias de nuevo...nos "vemos".

Mauro dijo...

Marce...
SALUD!, tu saludo de verdad da sed. Una cerveza, un ron cola, vino con fruta, o mejor aún..un navegao...incluso una coca con hielo.

Entropia: Toda la razón, parece que en las situaciones límite la gente se hermana porque es el único modo para que todo ese cúmulo de leseras que habitualmente nos separan queden relegadas, sobreviviendo sólo lo importante. El del 85 además es un hito generacional, antes o después del terremoto, como antes fueron el bachillerato y la PAA, y pronto la PAA y la PSU.

Se agradecen los saludos.

Priscila dijo...

Gracias por tu visita, el hecho de que te hayas sentido agusto en ella es gratificante.

Sobre el tema, dificil. Yo no se como reaccionaria a catastrofes de esas pero lo que es un hecho es que debe ser terrible ver como la tranquilidad se derrumba a la par de un edificio. Tema serio.

Un beso.

Marce dijo...

Mira ah...yo que pensé que mi comentario salía bueno y sano, y ud. me descubre haciendo salud por Valpo (juro que no lo tenía planificado, pero una copa más, una copa menos ¿ qué nos hará?...SALUD!)

Esmeralda dijo...

Es justo que la Tierra se descargue, y no la culpo. Soportarnos por tantos siglos, cubriendola de mugre y destruyendo sus cosechas no es para menos. Falta poco para que termine en el peral :P

Saludos y graxs x tu huella en mi blog.
Te leo ;)

cLo dijo...

Con este post recordé a un amigo de la primaria, su nombre es (o era hemos perdido el contacto) Adib, él era como un detector de temblores, 1 ó 2 minutos antes de que el temblor se sintiera él era capaz de predecirlo, comenzaba a decir "esta temblando", salia del salón aunque la maestra se enojaba xq estabamos en clase y pocos minutos después veíamos lo que era un intento de lockers moverse y las bancas brincar...Me pregunto que será de ese hombre.

Vico dijo...

Mauro gracias por pasar po mi casa.
Me ha gustado tu blog, la música, las palabras.

Desde que llegué a L.A. todos me han hablado del terremoto del 95 en Northridge. También de que se espera el Gran Temblor de la Falla de San Andrés en su trayecto entre San Francisco y San Diego. Aquí casi todos se preparan, sean de voluntarios, sea en talleres para saber que hacer en el desastre, sea informandote sobre tener reservas de comida agua y baterias por ej. Entre el miedo al futuro gran temblor y a los ataques terroristas, pues ya me acostumbré a que no puede faltarmen ciertas cosas en mi casa y y en mi mente.

Yo, como Soda Stereo sigo esperando el temblor! pero seguro cuando llegue me agarrá absolutamente desprevenida.

Un saludo desde California! Y gracias por tu comentario en mi blog.

Mauro dijo...

Priscila: Nadie lo sabe, yo tenia 12 años para el ultimo terremoto, no los conocia, reaccioné super tranquilo, nos quedamos al medio de una cancha de baby futbol mientras la tierra nos botaba al suelo. Lo mejor, es que siempre terminan.

Marce: Mostraste (mostramos?) la hilacha..jaja

Esmeralda: Si, es verdad, estas cosas nos recuerdan de la peor forma que somos nada. Un soplo, un pestañeo que peca de soberbia. Gracias por la visita.

Clau: Ese tipo seria famoso y rico, deberian buscarlo antes que los gringos lo secuestren y lo amarren a una estaca en la falla de san andres para predecir el famosisimo terremoto que vendrá y no se decide a llegar.

Charruita: Ya sabes...Adib, el amigo de Clau podria ayudar. Ah, el terremoto de 1906 de Valparaiso, que se llevó la ciudad fue predicho días antes por un meteorólogo que indicó el día y la hora en un periódico.

Nadie le hizo caso, siempre todo es hasta Cuando pase el temblor, tal cual lo decia Cerati.

Por las visitas,
gracias..totales.

Darío Zetune dijo...

Uff los temblores... creo que le temo más a los rayos que están cayendo en Ciudad de México en las lluvias, que a los temblores.

Afortunadamente mi casa, mi centro de estudio y trabajo se ubican en una zona que es segura en cuestiones sismicas pero cuando suceden son inquietantes, aunque hay quien lo ve muy divertido...

Llego aquí luego de varios linkeos en los blogs. Cosa curiosa la blogósfera: como una red cuyos nódulos transportan a tantas mentes, tantos mundos en poco tiempo.

Saludos.

Sergio.

UMA dijo...

La vida misma deberìa ser tomada, por uno, como posible de sufrir terremotos, creo que rescatarìamos la esencia de las cosas, lo que es importante de lo que no lo es.
De todas formas, tenemos enorme predisposiciòn a superar los nefastos acontecimientos y recrearnos.
Un gran beso, Mauro.
Bonitas canciones:)

**Rulo** dijo...

Pasaba por aqui, intenso tu hogar, volveré, te espero para charlar a a sombra de los abedules bajo la tormenta...

Abrazo!

Mauro dijo...

Serch: rayos y truenos, mi perro los odiaba, corria aterrorizado, tal cual lo hacia en año nuevo cuando lanzan fuegos artificiales al cielo. Lo inquietante quizas sea la facilidad en que todo se puede ir a la basura de un momento a otro.

Si, tantas realidades...la vuelta al dia en 80 mundos. Bienvenido.

Kaysen: Si, el remezon despierta todo, todos despiertan con la tierra. No deja de ser curioso ese ruido sordo visceral. Me gustó mucho tu post sobre tu carrete en Valparaiso. Saludos.

Rubia: Si, el sentirlo así te hace vivir en la inmediatez, que te cuestiones del sentido de construir a muy largo plazo, hace disfrutar más el día a día sin preocuparte mucho de lo que vendrá.
Las canciones del post son Valparaiso (Gitano Rodriguez) y Te recuerdo Amanda (Victor Jara).
Dos besos de vuelta.

Ok rulo, cuando quieras, por aca estaré a la sombra de una higuera en la montaña, junto al camino.
Yo pongo la ceveza. Escudo, por supuesto.

Paola dijo...

Mauro. esa frase me mató "¿sufrió mucho tu casa? No, se vino abajo altiro". Es como una imagen personal, casi idilica. Ojalá en algunos momentos las cosas se dieran así, sin tanto movimiento e ires y venires, una reaccion inmediata, colapso rápido, duro, de una, una Usher cualquiera. En todo caso, las casas, las que son casas de verdad se prestan a ser un tanto indestructibles, la casa de mi abuelo se bancó el terremoto del 60 y todavía sigue en pie, la familia idem.

Mauro dijo...

Si Pao, plenamente de acuerdo, me sucede por ejemplo cuando llovizna, dan ganas que se decida de una vez: llueve o no llueve. Y si va a llover, que sea de una vez, que se venga el cielo abajo,...así al menos siempre tendríamos sopaipillas para esperar la lluvia.

Para ese terremoto vivia en un lugar en que hubo que demoler 17 edificios de cinco pisos cada uno. Pero sí, tal como dices, agonizaron, no se cayeron al tiro.

Gracias por venir.