sábado, octubre 22, 2005

La felicidad


Hace poco, escuché unos comentarios sobre la felicidad de un sociólogo, Eugenio Tironi. El empezaba el relato comentando sobre lo llamativo que le resultaba constatar que la constitución de los Estados Unidos consagraba como un derecho elemental la búsqueda de la felicidad.

En lo personal lo que más me sorprendió fue la lucidez, a mi juicio, de quienes declaran a la búsqueda como un derecho fundamental más que la felicidad en sí misma. ¿Conciencia de la incapacidad de ser feliz todo el tiempo?, si bien es lo más probable, me gustaría darle una vuelta y pensar más bien que intuyeron que la felicidad es un proceso en vez de un fin. Ya que es imposible terminar con las necesidades, el origen de toda infelicidad, la felicidad absoluta no es más que una quimera.
Así, tal como es probablemente más facil hablar de la felicidad que vivirla, el asunto radique en los medios más que en los fines. Si entendemos que la búsqueda entonces es un derecho fundamental, tal como lo creyeron quienes redactaron la constitución del país del norte, y se extrapola todo esto a la sociedad, podríamos preguntarnos, ¿somos una sociedad feliz?, o más bien, ¿transitamos por la felicidad?.
Sospecho que la respuesta tiende a ser más bien negativa, luego, ¿como hacemos para estar más felices?. ¿Radicará sólo en asuntos tan subjetivos como mirar una puesta de sol, o contemplar una sonrisa?, aspectos fuera del alcance de cualquier gobernante, y por ende, ¿sólo habría que asegurar la libertad para que la gente pueda correr tras del proyecto de felicidad que estime conveniente?.
Me da la idea que para tener la libertad de buscar la felicidad, o lo que es muy parecido, el cuestionarse sobre el cómo llegar a ser feliz, se debe tener satisfechas ciertas carencias mínimas. Si quienes nos gobiernan entienden que su tarea es dar dichas condiciones, permitiendo así que esto no sea más que otro tema de élite, quizás se cumpla con las intenciones de quienes plasmaron este derecho. En todo caso, en nombre de la felicidad se han llevado a cabo probablemente los hechos más horrorosos de la humanidad, vendría a bien no olvidar la importancia de los medios ya que al parecer nos resulta demasiado fácil correr como ciegos junto al abismo con tal de alcanzarla a como de lugar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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