domingo, noviembre 24, 2019

Es, somos



Es la mañana de un domingo,
uno cualquiera,
tapizado de proclamas,
de declaraciones fuertes como las olas,
de sueños libres y odios flamígeros.

Es el caminar por las alamedas,
de hombres y mujeres libres,
tristes y preocupados,
por aquello que viene y no llega,
por lo que llegó y no se va.

Es la rabia empuñando una bandera,
la sonrisa indeleble de los niños,
el susto del inmigrante,
la alegría de los perros y
la incredulidad de quien nada ha perdido pues nunca ha tenido nada.

Es la patria en mis zapatos,
el país de mis afectos,
nuestro campo de flores bordado,
las calles lacrimógenas, las piedras y los rayados.

Es la fatalidad que se asoma,
tantas tumbas de tanto muerto en vida.


Soy yo y mi soliloquio,
los de aquí, los de allá y los de ninguna o de todas las partes.


Soy yo incompleto y somos cada cual,
intentando ser todos.

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