jueves, febrero 12, 2009

Momentos

Foto: Pedro Milanez

Tarde.

Viéndote surgir del Subte, rozando el pasamanos de acero pintado, tu pelo negro y rojo germina desde las entrañas de la tierra para inundar la avenida. Tu presencia rebalsa, trascendiendo tu cuerpo y la lluvia de febrero. La curva de tu cintura desafía la recta trazada entre la acera y los rieles de la estación Callao, todo se conjuga para abofetear la letanía de la multitud que no deja de pasar, sin un porqué ni un donde.

Noche.

De la mano por Bolívar y Defensa, bordeando la hermosa decadencia de la ciudad, sabemos que nuestro pedazo de felicidad respira y anida bajo la fuerza que irradian los árboles junto a la catedral trizada de tiempo. Es tenue nuestro deslizar, como un casco de madera en su roce con el agua, o el susurrar de una hoja agonizante cayendo a tierra.


Bajo los ángeles de piedra posados en lo alto,
entre bandondeones oxidados y pintores prófugos.
No importa el morir de cada día,
el desarme de la ciudad,
ni su furia carcomida.

7 comentarios:

MRB dijo...

No sé qué es mejor: si esa descripción de la tarde, o la de la noche. Ambas extremadamente poéticas.
Besos,
Shanty

bajamar dijo...

hermosisimo...poesía, ciudad, cuento, amor, filosofía...

pucha, lleno de sonidos, imágenes, aromas, sentimientos... en una preciosa brevedad

un agrado leérte

salud os

La paciente nº 24 dijo...

Has imaginado un acierto.

Gracias.

Mia dijo...

Precioso.
Quien pudiera.
Besos hermosos y decadentes.

Princesa dijo...

No se que paso con mi comentario...se ha borrado solo al parecer.

En el te decia que esos lugares por los que he transitado infinidad de veces, hacen con que sueñe ser la protagonista de tus letras.

Y que placer hubiera sido encontrarte en esa estación.

Besos susurrados.

Laura dijo...

Me he enamorado...

Laura Escuela dijo...

bellísimas imágenes mau