jueves, agosto 09, 2007

La cura

Foto: Sandra

Quizás era escuchando The Cure cuando en verdad nos dábamos cuenta de que al fin y al cabo había cosas que sí podíamos compartir. Y no es que el timbre de voz de Robert Smith fuese particularmente dado para viajar juntos por la vida, sino que constituía el atisbo de un cúmulo de imágenes y sonidos en común, formados sin duda durante nuestra niñez gracias al apetito voraz por estímulos televisivos.

Seguramente se trataba de eso, el remedio de compartir códigos generacionales, los que por ejemplo nos permitían saber en seguida que era un personal stereo, que un betamax era distinto a un VHS, o entender como lo más natural del mundo que aún guardábamos cassettes con cinta metálica o de cromo, sin duda los mejores para escuchar temas como Lullaby, High o Close to me.

Al encontrarse después de tanto y tan poco tiempo, fue exactamente lo mismo, ya sabes, esa sensación de no haber dejado nunca de conversar, que hizo que volviésemos a hablar como lo hacen quienes se conocen toda la vida, como si hubiésemos estado comiendo papas fritas con mayonesa, ketchup y pimienta frente al televisor, hace mil años atrás, riéndonos mientras Mr. Smith, en un video clip de bajo presupuesto, uno con palmeras, nieve, focos, y mucho, mucho viento, cantaba Pictures of you.


Nirvana era un caso aparte. Era de esa etapa fugaz que creimos duraría mucho, y en donde la música parecía redescubierta al ritmo de guitarras de sonido crudo, con camisas de franela tipo leñador, en un tiempo donde Smell like teen spirits era la dosis precisa de adrenalina para despertar luego de una noche de mal dormir. Ese rato era de desgarro, a lo Lithium, de chalecos de lana con los puntos corridos, de jeans gastados hasta la transparencia, y de una chaqueta que odiabas que usara hasta ese día en que se le cayó una manga mientras la lavaba. Momentos intensos, de invariables salidas al mar en invierno, en donde el océano lucía verde, oscuro, como una crema de arvejas recién cocinada, o como el último lugar en donde locos como nosotros tendrían la ocurrencia de entrar a pasarlo bien bajo la lluvia.

Es que Come as you are tenía un sabor reivindicatorio, democrático quizás, un llamado para que simplemente fueses como quisieras ser porque había espacio para todos. Y bueno, convengamos que un espacio para todos sólo tiene de común el hecho de que es soñado por muchos, incluso por desquiciados que eran capaces de meterse al agua gélida un domingo de invierno por la mañana sólo por la posibilidad, por la promesa de que tal vez, pese al dolor del agua helada que recorría tu espalda y tus huesos, podías ser inmensamente feliz si el mar te quería en él.

13 comentarios:

Laura Escuela dijo...

es precioso mau, me ha encantado. Escribes muy bien, aunque eso no es nada nuevo, y me encanta ese regusto nostálgico que se presta tanto a resurgir de las canciones y de los momentos que éstas traen, me deja un regustillo feliz y esperanzado, es genial
un besazo amplio

Soledad dijo...

Me mataste nuevamente.

Esos singles que nos une, nos evoca, nos involucra (tal vez sin quererlo) con la persona que en ese momento también prestó oídos a las canciones que se recordarían como el soundtrack de una época. Tú época con ella. Mi época con él... con tantos "él" a los cuales siempre relacionaré con algún disco, o una canción.

Fue éste el post que yo vengo escribiendo hace tiempo, a mi manera, a destintos pero pocos destinatarios. Y a pesar de poderte cambiar, por ejemplo, a "Pictures of you" por "High & Dry", a The Cure por los Beatles, a Nirvana por Pink Floyd o a "About a girl" por "Dream of the return", la esencia, el mensaje y la intención son los mismos que los míos.

Me hiciste recordar a Serú Girán y su canción "Llorando en el espejo" cuando dice "qué locos éramos los dos en los buenos tiempos". Por esos "buenos tiempos" es que a veces me inspiro en escribir algo parecido.

Un abrazo sincero,
Soledad.

* dijo...

excelente par.
saluditos

macanudas* dijo...

qué lindo...
ese nada más.
qué lindo! (así con signito que exclama algo de ternura en tu frase final).

nos leemos.
gracias por pasar por desdelapanza y dejarme así, entrar dulcepatria.

Saludos,

Lu*

Cecilia - Titi dijo...

La música que evoca, que involucra, música cómplice,....todo está ahí siempre...nunca muere...

Y pensar que solo basta escarbar un poco para
revivir el ayer, para volver a sentir....el velo es muy
delgado entre pasado y presente....

Besos Mauro,
como siempre me dejas pensando...
Titi

PS. Los corazones congelados mueren, las almas
sobreviven.......

Mauro dijo...

Hola LAU, gracias por tus palabras, tus letras, y que bueno te haya dejado un regustillo que hayas disfrutado.

Cariños.

SOLEDAD: Uno podría escribir rios, lagos, mares de post con música de fondo. Pareciera que de algún modo todo lo que nos sucede se puede conectar con alguna melodía, lo que sonaba en la radio, o pasaban en los videos.

Hay quienes huyen de los recuerdos, quizás por eso les molesta o choca una gota de melancolìa ocasional. El olvido no existe creo yo, sólo el reencontrarte con lo que ya fué, tranquilo, en paz, y seguir adelante claro.

A propósito, también podría escribir sobre High & Dry, quizás alguna vez lo haga, y podremos ver si coincidimos nuevamente.

Besos sole, gracias por comentar.

HULDE AYALA: ¿Verdad?, coincido, buen par, muy distintos, muy iguales, como toda buena pareja.

Saludazos.

MACANUDAS*/Lu*: Gracias por tu comentario desdelapanza, no hay como las letras que nacen de las tripas.

Besos.

TITICANDIA: Que bien lo dijiste Titi. Touché.

Cariños, besazos.

Marce dijo...

parece inevitablemente, siempre parece haber un momento donde somos totalmente indefensos a las conexiones, donde la memoria se cruza con melodías y situaciones, cuando el pasado viene de visita y quiere sentarse a conversar...y ¿por qué no? si finalmente parece no haber cura para los recuerdos.
Cariños Mauro

GaMe dijo...

Estoy tratando de ordenar las miles de imágenes que trajiste a mi cabeza en espasmos de instántaneas olvidadas y flores secas en el fondo de algún cajón.
Aquí están, porque el viento no se lleva nada y trae, lleva y vuelve a traer aunque tratemos de barrerlas...están aquí.

Gracias Mauro,
besos.

Mauro dijo...

MARCE: Parece inevitable, muy cierto. Si es así, es mejor sentarse con el recuerdo a la mesa, y simplemente disfrutar, reflexionando quizás, saboreando esa indefinible mezcla de nostalgia y alegría calma. Un chocolate con leche vendría bien en estos días fríos con la banda musical de tu vida de fondo.

Cariños, marce.

GAME: Como es tradición, lo dices mejor que yo. Si todo queda, ¿para que ese afán de correr por ahí ignorando la inutilidad del esfuerzo?.

Cuidate, y muchas gracias por comentar. Besos.

ydaledali dijo...

Que buenos recuerdos, en aquella época en que realmente nos sentiamos invulnerables y con la capacidad de Cambiar el mundo.... hasta dan ganas de tomarse una cerveza compartida (esas grandes, las que tomabamos sin vaso y sisn mayores ascos) a orillas de la playa, con la música del único amigo al que el papá le prestaba el auto ( en esos que cabian 8 o 9 amigos bien apretados)fumándose los pocos cigarros sueltos que nos alcanzaban para comprar, para terminar la noche bañandonos aunque el agua estuviese helada... buenos recuerdos... muy buenos....
un abrazo

Sólo Adán dijo...

Escuchar esas canciones te traen nostalgías de etapas pasadas, simples pero que igual se disfrutan. Suele suceder.

Mauro dijo...

YDALEDALI:Paracen tan buenos tiempos esos en que se actuaba con toda naturalidad, sintiendo que lo que hacías iba a caballo en la eternidad, todo podía ser ahí y ahora.

Cambiar al mundo quizás entonces, con suerte cambiarse uno mismo tal vez ahora.

Besos Daniela.

SÓLO ADÁN: Los recuerdos tienen un sabor especial, una mezcla de tristeza suave porque ya pasó, pero tabién de alegría, porque simplemente sucedieron, y quedan asi van llenando nuestro curriculum.

Saludos.

Polvorilla dijo...

Mauro: Las cosas vividas con ilusión siempre las guardamos en formato especial, al pasar el tiempo sentimos nostalgia y también nos reimos al recordarlas y si son compartidas ya es el sumun. Quiero añadir que ánimo y sigue viviendo para seguir guardando bellos recuerdos.

Un besote enorme.