sábado, julio 08, 2006

Digital

Siempre me ha gustado la fotografía. Recuerdo cuando chico mis intentos por utilizar una canon AE1, una cámara reflex, para intentar fotografiar de vez en cuando esto y aquello, sin más razon aparente que el mero placer de retratar, de conseguir una buena imagen de la realidad. Nada de fotos de grupos, esas de familia, generalmente comiendo, junto al sofá o al árbol de pascua. No, nada de eso, sólo paisajes, alguna imagen extraña, algo que captar por sorpresa, quizás algun tono o alguna textura de color atípica.

Entonces la fotograf'ía no era un placer barato pues había que comprar pelicula, de 24 si tenías poco dinero, o de 36 si tenías algo más, y generalmente te regalaban un rollo al revelar con un álbum para poner las fotos con ampliación incuída. Al final, de todas las que sacabas sólo rescatabas unas pocas, 5 o 10 con suerte, pues las otras salían desenfocadas, le cortabas la cabeza a alguien, o eran oscuras porque no usabas flash cuando debias haberlo usarlo.

Entonces de pronto, ese pequeño mundo con algo de élite, de paciencia también, pues no era llegar y volverse loco tomando fotos, se vino con todo al suelo.

Apareció la fotografía digital.

Y lo que antes fue el grano de la película se convirtió en más o menos megapixeles, temblaron las empresas de revelado, y quedaron cesantes los fotógrafos de pasaportes o de carnet de identidad. Con ella, y con ellos, desapareció ese mundo de calma, contemplación y paciencia para dar paso al desmadre total, la carrera por captar imágenes y desecharlas rápido si no satisfacen.

Pero no me querido quedar abajo de esta ola democratizadora de la imagen, simplemente, me quiero subir al carro y comprarme una cámara digital. El tema es cual.

Probé una sony, grandes colores, pero al compararlos con los de la canon is2 parecen algo irreales. Pero, ¿que es más real?, ¿la version sony o la canon?, ¿que es mejor?, ¿retratar la realidad u obtener una version digital de ella?. Y cuando escribo esto, recuerdo a un amigo daltónico que no ve el rojo frente a un fondo negro, y a mi leve miopía, que no me deja ver bien, especiamente de noche, ¿y si en verdad mi amigo tiene razón y todo el resto está equivocado? ¿y si los técnicos de sony descubrieron los verdaderos colores que nos rodean y que el ojo humano en su imperfección no logra captar?.

La realidad parece no ser más que un cierto consenso, un acuerdo de mayoría que al menos te da un margen para reinterpretaciones más o menos originales. En una de esas, sony sólo descubrió una versión que satisface a una gran masa que prefiere vivir el mito a una copia de lo que parece ser en verdad real.

Bueno, creo que me compraré la canon.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa busca por captar la mejor imagen, los más nítidos colores, el ángulo que todo muestra... tambíén es una busca por lo permanecer, lo olvidar del olvido registrando todo, personas, paisajes, fechas.
Quisiera también ser captada, desde lo mejor ángulo, con los más expresivos colores y perpetuar en alguien, quedarse para siempre acordada, aún cuando no hayan tantos colores y posibilidades de direcciones en la captura. Aún cuando los recuerdos sean solo recuerdos, y los "si" inexistentes ya que fueron vividos.

Qué estés bien... Yo "ando en cañas", anoche fue de muchos sabores- vino, tequila, whisky... Después te envio algunas fotos (solo las mejores, quisiera que los recuerdos fuesen así, que pudiese selecionarlos... algunas cosas serian borradas de mi memória...)

Anónimo dijo...

El poder de la imagen es lo que me incitó a hacer cine y envidiar a los Directores de Fotografía de algunas películas. Uno de ellos, por cierto un amante de dos o tres noches estudió en Rusia y por esas conexiones inintelegibles de la vida llegó a mi mi primera y última cámara, rusa desde el lente hasta mi, que no soy ruski, y descubrí que la belleza se capta mejor en movimiento, aunque las fotos espontáneas (jamás posadas) siempre han llenado de luz mi cuarto oscuro, donde no hay nada que ocultar, donde la actividad es revelar y autoreconocerse en el modo de fijar la mirada en un espacio de esta "realidad-imaginaria".