domingo, febrero 22, 2009

Foto: Anderson Sutherland

Y tú,
que escribes de páramos,
de paisajes desnudos como huesos,
de carnes y bocas que se deshacen en la miel y el agua de panales macilentos.

Y caminas vestida de cenizas,
para nacer entre suspiros y dejar el mundo entre gemidos.

Trepo estrellas por tu cuerpo de aire,
beso tu amanecer cuando yo anochezco.

Mírame, abrazándome con tu pelo de genistas,
y llevame contigo,
al jardin demudado de tus palabras florecidas.

6 comentarios:

Laura Escuela dijo...

mau mau mau, es precioso.
Pre
cio
so
Muy delicado, muy áureo, como de caricia ínfima, íntima. Es etéreo,como impalpable, creo que como esa humedad de mi ciudad que enel invierno se cuela entre la ropa y se queda bien acomodadita en pleno hueso.
Me gustó, pueh jeje.

Besos

La paciente nº 24 dijo...

Y tú, esa vaguedad fija de la yema de un dedo cuando escribe, me espera un temblor que no tiene cuerpo. Palabras de puntillas como al filo de una cuerda, concretas en lo hondo con una mínima caricia.

Inmenso.

Laura dijo...

Cuando se suscita una emoción, hay músculos del rostro que se activan... afortunadamente, tus palabras son caricia.

Precioso!

Mia dijo...

Me dejas encogida, sonriente, dulce, embriagada, estremecida...y asombrada.
Hoy tenía un mal día.
Acabas de hacerme un regalo.

MRB dijo...

Lindísimo poema.

Un beso.

Princesa dijo...

Mi tan estimado amigo...una caricia al alma resultan tus suaves letras.
Tan cargadas de un sentir profundo, de unas ansias inconclusas...pero jamas abandonadas.
Me sumerjo en ese jardin imaginario, que hoy siento como mío...disculpa el atrevimiento.
Besos oliendo a primavera