Quédate con nosotros,
Cuando todos se hayan ido,
Y sigamos siendo náufragos en la única orilla
que logramos alcanzar.
Cuando la luna caiga,
y los pájaros se levanten desbandados por
las risas, las carreras y los juegos que quisiste para ti.
Entonces, quédate a nuestro lado.
Aferrada a tus sueños de unos días,
y al dormitar
de tu rostro de luz y paz.
Mientras la imagen de ti
se apoza, se graba y descansa,
mientras nuestro ser busca palabras que no existen,
Tan solo quédate sin perderte nunca.
Que tú nombre siga mojando tu frente,
para aferrarnos a ti,
abrazarnos los tres,
Y dejar un día que las cenizas de lo que soñamos
vuelen juntas
Para nunca más volver.
*Para andresino y a los genes que deja *
La esquinas parecen
ensoñaciones de náufragos
que devoran los cactus por su agua.
...
Hace 4 meses.
3 comentarios:
Llegué aquí hoy por una extraña casualidad. Me alegra saber que aún escribes, aunque el poema sea triste. Cariños sureños, Maribel. (Male, para los amigos)
Cariños, recuerdos y la esperanza de que estés bien, querida Male.
Recuerdos, muchos. Un abrazo, querido Mauro.
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