Foto: Sandra En esta febril tarde jaspeada de espinos,
tráeme el sueño frío de los bosques derribados,
el vuelo impredecible,
la azul llanura que arrastra la mirada hasta perderla.
Que al anochecer nos bendiga la lluvia calma,
líquida persistencia infiltrada en el pavimento crispado,
hondo anhelo que fecunda la semilla ardiente.
Que mojada estalle la entraña telúrica,
empapada brote anudada a su amante de una noche.
En este tarde sin calma, tráeme el sur oceánico,
el viento,
la estrella,
el crugir lento de la barca que lleva tu nombre.
7 comentarios:
Mi querido Mauro, que texto tan bello , cuando estés en tu ventana y miras las estrellas fíjate bien puesto que en el cielo hay una que es para ti.
Un beso y un abrazo.
mauro
bellisimas imagenes entrelazadas en tu pluma inteligente
que se derrama como espuma
en una playa con un sol naciente:-)
gracias por tus pasos en casa
Hola Mauro:
Por tu inspiración y la belleza de tus palabras, te entrego el premio Dardo. Puedes pasar a mi página a recogerlo.
Besos,
Shanty
POLVORILLA: Lo bueno de los cielos nublados es que siempre se despeja, lo bueno de los días despejados es que puedes reconocer una estrella y regalarla.
Besos, niña.
LINCHAZUL...ELISA: Gracias por tus pasos en la mía.
SHANTY: Muchas gracias por el premio, más aún por tus palabras, un placer que me visites y leas. Cariños para tí.
CUÁNTA TERNURA, MADRE MÍAAAA
Cuando comienza a devenirse la siesta, en mayo, suele caer una triste llovizna que moja la cara, que se mete hasta el alma.
Después sigue cayendo por más días, aunque ya no esté..
Desde que llegué hasta acá,
es tan bueno leerte ...
Ya el titulo y la fotografia me han parecido bellos en sí, pero aun mucho más lo ha sido el contenido... magnifico. Me ha encantado.
Saludos
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