Foto: Mauro
Pensábamos que bastaría nuestro rincón encaramado en el cielo para que todo fuera como siempre lo deseamos, tal cual jurábamos el destino lo tenía predestinado para nosotros.
Y valientes, en esta esquina pintamos de negro un trozo de cielo, enarbolando nuestra desequilibrada república, sin importarnos en lo más minimo que se apoyara en el canto del mundo.
Hoy el tiempo todo ha derruido, desatando una y otra vez los nudos del cielo. Las gaviotas han llegado a desangrar su vientres de lluvia,y las escaleras de este puerto se han teñido de recurrente espanto.
Hoy que sólo quedan los ecos de lo que fuimos, sigue en pie nuestro ácrata refugio.
Y entre los marcos busco las manos con que plantaste las hortensias, la casa se vuelve hermosa cuando la miras-imaginaria, y nuestro pedazo de cielo sigue resistiendo en esa esquina lacerada.
4 comentarios:
Quedan los momentos y recuerdos... y el decir que se vivio en aquel rincon.
saludos : )
Y entre cada ruina, resquicio y belleza...surgira de nuevo la ternura de una mano amada.
Bikiño.
Morir en la rompiente es el destino de la espuma.
Basta con imaginar...
besos
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