Y cada cual en lo suyo,
en lo de éste y en lo de aquello,
circulando entre los tatuajes de su propio tiempo.
Yo en el silencio viajo,
siguiendo los reflejos y los viejos colores que transitan conmigo,
cómo si susurraran un algo que no llego a entender ni a tocar,
mientras se marchan y disipan sin más,
sin lograr atarlos,
ni hacerlos partes de mi y de mi propio tiempo.